“Ver, oír y callar” se nos habrá dicho alguna vez, especialmente en la edad infantil. Pues bien aquí se trata de “Ver, oír y hablar”. Los films de esta sección no están destinados a un público pasivo e indolente, sino a aquel sector de la audiencia a quien le apetece desconectar “conectando”, valga la paradoja. Conectando con la pantalla interior de cada uno y con la de los demás.
¡Y qué agradable suele ser reconocernos distintos, a través de las apreciaciones variopintas que procura una película entre los asistentes! El cine fue concebido como espectáculo para ser visto en grupo, no individualmente. Y sin menospreciar esta segunda opción, sí que nos parece apetecible el encuentro, y la verbigracia de intentar hacernos entender con los demás, desenfadadamente, a menudo sobre algunos sentimientos indecibles: ¡Qué interesante, y si cabe chistoso!
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