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- Nuevas olas del cine -
El término de cine independiente toma su origen, a mediados del siglo XX, en aquellos films producidos fuera de las grandes productoras de Hollywood. Esta situación, inexistente en Europa, y aún menos en España (no digamos ya en Granada), debería llevarnos mejor a hablar del Cine dependiente (dependiente de tantos amigos y de tantas cosas, del dinero prestado, del tiempo atmosférico, de quién nos deja la cámara etc.). Normalmente invisible, vamos a dar visibilidad a ese cine, y enfrentarlo al falso cine independiente (que normalmente se hace en tono profesional, protegido por la susodicha industria y su corporativismo, y paradójicamente con ayudas estatales).
Términos a parte (aunque la discusión no es irrelevante), sí que podemos hablar de novedades, de novedades interrelacionadas o aisladas, de olas que rompen en la orilla de lo establecido, y la escoran. Por cierto que lo nuevo no tiene porqué ser necesariamente joven. Hay directores de edad avanzada que siguen creando olas en el seno de las olas, y si no que se lo pregunten a Manuel de Oliveira, o a Shohei Imamura: ¡Qué placer para el cinéfilo surfista!
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El término de cine independiente toma su origen, a mediados del siglo XX, en aquellos films producidos fuera de las grandes productoras de Hollywood. Esta situación, inexistente en Europa, y aún menos en España (no digamos ya en Granada), debería llevarnos mejor a hablar del Cine dependiente (dependiente de tantos amigos y de tantas cosas, del dinero prestado, del tiempo atmosférico, de quién nos deja la cámara etc.). Normalmente invisible, vamos a dar visibilidad a ese cine, y enfrentarlo al falso cine independiente (que normalmente se hace en tono profesional, protegido por la susodicha industria y su corporativismo, y paradójicamente con ayudas estatales).
Términos a parte (aunque la discusión no es irrelevante), sí que podemos hablar de novedades, de novedades interrelacionadas o aisladas, de olas que rompen en la orilla de lo establecido, y la escoran. Por cierto que lo nuevo no tiene porqué ser necesariamente joven. Hay directores de edad avanzada que siguen creando olas en el seno de las olas, y si no que se lo pregunten a Manuel de Oliveira, o a Shohei Imamura: ¡Qué placer para el cinéfilo surfista!
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El término de cine independiente toma su origen, a mediados del siglo XX, en aquellos films producidos fuera de las grandes productoras de Hollywood. Esta situación, inexistente en Europa, y aún menos en España (no digamos ya en Granada), debería llevarnos mejor a hablar del Cine dependiente (dependiente de tantos amigos y de tantas cosas, del dinero prestado, del tiempo atmosférico, de quién nos deja la cámara etc.). Normalmente invisible, vamos a dar visibilidad a ese cine, y enfrentarlo al falso cine independiente (que normalmente se hace en tono profesional, protegido por la susodicha industria y su corporativismo, y paradójicamente con ayudas estatales).
Términos a parte (aunque la discusión no es irrelevante), sí que podemos hablar de novedades, de novedades interrelacionadas o aisladas, de olas que rompen en la orilla de lo establecido, y la escoran. Por cierto que lo nuevo no tiene porqué ser necesariamente joven. Hay directores de edad avanzada que siguen creando olas en el seno de las olas, y si no que se lo pregunten a Manuel de Oliveira, o a Shohei Imamura: ¡Qué placer para el cinéfilo surfista!
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El término de cine independiente toma su origen, a mediados del siglo XX, en aquellos films producidos fuera de las grandes productoras de Hollywood. Esta situación, inexistente en Europa, y aún menos en España (no digamos ya en Granada), debería llevarnos mejor a hablar del Cine dependiente (dependiente de tantos amigos y de tantas cosas, del dinero prestado, del tiempo atmosférico, de quién nos deja la cámara etc.). Normalmente invisible, vamos a dar visibilidad a ese cine, y enfrentarlo al falso cine independiente (que normalmente se hace en tono profesional, protegido por la susodicha industria y su corporativismo, y paradójicamente con ayudas estatales).
Términos a parte (aunque la discusión no es irrelevante), sí que podemos hablar de novedades, de novedades interrelacionadas o aisladas, de olas que rompen en la orilla de lo establecido, y la escoran. Por cierto que lo nuevo no tiene porqué ser necesariamente joven. Hay directores de edad avanzada que siguen creando olas en el seno de las olas, y si no que se lo pregunten a Manuel de Oliveira, o a Shohei Imamura: ¡Qué placer para el cinéfilo surfista!
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El término de cine independiente toma su origen, a mediados del siglo XX, en aquellos films producidos fuera de las grandes productoras de Hollywood. Esta situación, inexistente en Europa, y aún menos en España (no digamos ya en Granada), debería llevarnos mejor a hablar del Cine dependiente (dependiente de tantos amigos y de tantas cosas, del dinero prestado, del tiempo atmosférico, de quién nos deja la cámara etc.). Normalmente invisible, vamos a dar visibilidad a ese cine, y enfrentarlo al falso cine independiente (que normalmente se hace en tono profesional, protegido por la susodicha industria y su corporativismo, y paradójicamente con ayudas estatales).
Términos a parte (aunque la discusión no es irrelevante), sí que podemos hablar de novedades, de novedades interrelacionadas o aisladas, de olas que rompen en la orilla de lo establecido, y la escoran. Por cierto que lo nuevo no tiene porqué ser necesariamente joven. Hay directores de edad avanzada que siguen creando olas en el seno de las olas, y si no que se lo pregunten a Manuel de Oliveira, o a Shohei Imamura: ¡Qué placer para el cinéfilo surfista!